sábado, 11 de mayo de 2013

El Ayer: Las primeras décadas del siglo XX

Los primeros años del siglo XX continuaron con la expansión del turismo, aunque todavía limitado a las clases sociales más pudientes. Estas se decantaban por las playas frías del norte de Europa, los balnearios y los grandes cruceros.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) paraliza todo tipo de actividades turísticas en Europa pero, al finalizar ésta, el turismo vuelve a coger impulso gracias a la fabricación en serie del automóvil y del autocar. Este acontecimiento suponía una importante diversificación en los medios de transporte, hasta ahora limitados al ferrocarril y al barco.

Los vehículos excedentes de la guerra se destinaron a usos civiles y, entre 1919 y 1920, los ingleses organizaron excursiones desde Gran Bretaña a los campos de batalla de Francia y Flandes. Posteriormente las ampliaron a la Costa Azul o España, llegando al norte de África y a Leningrado en 1935. Suiza, Bélgica, Francia e Italia son los lugares con mayor expansión turística en estas primeras décadas.

En el período entreguerras también comienza el surgimiento de la aviación civil como medio de transporte para largas distancias, empezando la competencia con las grandes navieras.
Todo este desarrollo sufre un brusco parón debido a la crisis bursátil de 1929, que provoca una depresión económica en Estados Unidos que se extendería a Europa. El turismo sufre obviamente también un importante descenso del que no se recuperará hasta 1932.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) provoca una paralización económica en todo el mundo, lo que supone la interrupción de todo tipo de actividad turística.

Los efectos de la Guerra se extendieron hasta finales de la década y la recuperación económica no llegó hasta 1950, momento en el cual se conjugan una serie de hechos que permiten que se produzca el "boom" del turismo.

Mientras esto sucedía en Europa, ¿qué pasaba en España?

La política turística comienza en España en 1905, durante el reinado de Alfonso XIII, con la creación de la Comisión Nacional de Turismo, cuyo único objetivo era atraer turistas extranjeros y obtener divisas para sanear la economía española. En 1911 se crea la Comisaría Regia de Turismo con el fin de fomentar y promover el turismo hacia España, siendo su principal impulsor el marqués de la Vega Inclán, considerado el primer promotor del turismo en España.

En la época de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931) se constituye el Patronato Nacional de Turismo, cuya principal contribución al turismo en el país fue la realización de una red de albergues y paradores nacionales, que en poco tiempo adquirieron fama internacional, y que perseguían el dotar de alojamiento aquellas zonas de interés turístico que careciesen del mismo. El primer Parador Nacional de Turismo fue el de la Sierra de Gredos en 1928.

Durante la década de los 30 hay que destacar el auge del turismo en la Costa Brava y en Sitges, de la misma manera que en la segunda mitad del siglo XIX había destacado San Sebastián, debido al traslado de la corte de Isabel II en verano a esa ciudad.

En 1936 estalla la Guerra Civil que no finaliza hasta 1939 y en la que las actividades turísticas de los españoles desaparecen. Durante la guerra, la República crea las "rutas de la guerra" a las que se invitaba a periodistas y personalidades a visitar los frentes de batalla, como los de Aragón y Madrid.
En 1938 el lado nacional crea el Servicio Nacional de Turismo y también crea las "rutas de guerra" de la zona nacional, paralelas a las de la zona republicana y que continuaron una vez terminada la guerra civil.





Desde el final de la guerra en 1939 hasta 1950 no se puede hablar de la existencia de turismo en España dado el estado de la economía y de las infraestructuras del país, a la contienda en los países europeos a los que se unió, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, el bloqueo económico que sufrió España por los países vencedores.

En 1951 se crea el Ministerio de Información y Turismo y comienza la planificación turística en España, lo que va a permitir que el país se convierta en el destino favorito de muchos europeos.


Bibliografía



                                                                                         

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